A la gran mayoría de personas nos encanta recibir regalos y también disfrutamos siendo nosotros los que obsequiamos si somos capaces de experimentar el acto de regalar como un placer y no como una tediosa obligación.
Los motivos que nos llevan a regalar son muchos, pero en líneas generales usamos el regalo como una forma de demostrar nuestro agradecimiento o afecto a los demás y, sin duda, es uno de los protagonistas indiscutibles en celebraciones de fechas señaladas como cumpleaños, Navidades, aniversarios, etc…
Los regalos a lo largo de la historia
También hay quien considera un regalo cualquier tipo de atención y muestra de cariño, apreciando el gran valor sentimental que conlleva que la otra persona le brinde su tiempo, su compañía o le dedique unas palabras de ánimo cuando lo necesitan porque está enfermo o pasando por malos momentos. Además este tipo de regalos, a pesar de no ser algo material, con seguridad será algo muy gratificante tanto para nosotros como para la otra persona y contribuirá a reforzar aún más la relación que tengamos.
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Mención especial tiene la tradición de regalar flores, que ya desde la Edad Antigüa era una forma de veneración y de demostración de sentimientos como el cariño o el amor. Dentro de la gran variedad de flores que existe, la rosa roja fue la escogida para simbolizar el amor pasional, por lo cual esta flor es la mayormente elegida para obsequiar a la persona amada.
Tipos de regalos
Lo cierto es que elegir un regalo para cada ocasión y para cada persona es un arte si queremos acertar y conseguir sorprender gratamente con nuestro presente. En el acto de regalar revelamos mucho de nuestra personalidad, por lo tanto debemos tener un especial cuidado y hacer un esfuerzo por tratar de escoger algo original, adaptándonos, dentro de nuestro presupuesto, a los gustos particulares y preferencias o incluso a las necesidades de la persona a la que va dirigido.
La presentación, tan importante como el propio regalo en sí.
Es verdad, hoy en día en la mayoría de comercios se permite el cambio e incluso en algunos la devolución del importe, pero nuestro consejo, si no quieres dar la impresión de que haces un regalo simplemente por compromiso, es que intentes indagar un poco en los gustos de la persona a la que vas a hacerle el regalo para no equivocarte.
“La intención es lo que cuenta”
En última instancia, si tienes dudas, es preferible preguntarle directamente qué le haría ilusión, aunque se pierda el factor sorpresa, de esta forma te aseguras de regalarle lo que realmente quiere o necesita. Si aciertas y se dibuja una sonrisa de felicidad en su cara, verás compensado el cariño, tiempo y dedicación que has invertido en escoger su obsequio. Si no es así, tampoco te preocupes tanto, porque como dice un viejo y conocido dicho “la intención es lo que cuenta” y el destinatario seguramente, aunque el obsequio no se ajuste a lo esperado por él, te estará agradecido ya que apreciará que hayas tenido esta consideración con él.