Antiguamente las velas se usaban para iluminar los espacios y estancias cuando se ocultaba el sol.
Después del descubrimiento del gas y posteriormente la electricidad, las velas empezaron a usarse principalmente como recurso alternativo para cuando había algún apagón, pero sobretodo actualmente se usan como elementos decorativos, para simbolizar una celebración -como la costumbre de apagar las velas en los cumpleaños-, en ceremonias religiosas y en momentos en los que queremos crear un ambiente de relax y paz, o romanticismo.
Evolución
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Como generador de emociones, las velas son muy utilizadas para crear ambientes íntimos y delicados . Y es que la simple contemplación de la brillante luz que desprenden las llamas de las velas produce un sentimiento de tranquilidad y calma interior que lo hace muy propicio para nuestros ratos meditación. Por otro lado el Feng Shui considera que la luz de las velas aporta equilibrio a nuestro ser y el calor que desprende lo considera una energía vitalizadora para el alma y el cuerpo. También tienen la creencia de que las velas son capaces de eliminar la negatividad que pueda dañar el hogar.
Cuando queremos preparar escenarios románticos, las velas son el elemento perfecto y casi imprescindible con los que sorprender a nuestra pareja. Nada puede sustituir la magia que transmite una cena a la luz de las velas, el halo de misterio que se crea con esta romántica iluminación es el ingrediente ideal para propiciar el romance y disfrutar de una noche especial, al encender las velas con mucha probabilidad despertaremos también la pasión. Para estas ocasiones en que queremos conseguir un ambiente romántico podemos usar bonitos candelabros, velas con deliciosos y sugerentes aromas, velas flotantes en una bañera…