Véanse aquí tres de las maneras básicas de afrontar la realidad a la que nos enfrentamos cada día.
Alguien dirá que lo mejor es estar ocupados, entretenidos con cualquier cosa, haciendo algo positivo, un trabajo o cualquier otra actividad que nos aporte. Y no andará desprovisto de razón, pero ya puestos a opinar seguro habrá quién responda que mejor estar despreocupados, tomándonos la vida con calma, disfrutando del viaje de la manera más distendida que encontremos, cosa que nuestra salud agradecerá. Aunque también los hay despreocupados como mecanismo de no afrontación de la realidad, cuando ésta se presenta incómoda o complicada, tal vez por inmadurez o por miedo.
Ocupados y muy ocupados
Pago por VISA. Coste llamada local en España,sin coste adicional añadido. IVA incluido. +18A
Coste de la llamada 806 1,21 red fija 1,57 red móvil iva incluido. La tarifa se descontará de tu factura de teléfono. +18A
Y visto así, a bote pronto, parece razonable pensar que lo más conveniente es ocuparse de lo que nos concierne en el presente, poniendo todo en el empeño para que nos salga de la manera más satisfactoria, intentando ser medianamente previsor para el futuro, pero no preocuparnos tanto por lo que aún no ha sucedido y no hay certeza de que sucederá. Parece razonable, sí, aunque igual no es cuestión de conveniencia ni de razones, cuando contra la naturaleza humana nos enfrentamos, porque si por algo nos caracterizamos los seres humanos es por la dificultad que tenemos para situarnos en el presente, estando como estamos casi siempre proyectando, hacia el futuro o desde el pasado, con lo que fuimos o lo que seremos, lo que tuvimos o lo que tendremos.
Peligro latente
Miedos y preocupaciones
Y la resultante es una cierta unanimidad científica, por lo que hemos podido leer por ahí, en torno a eso de las preocupaciones extendidas, crónicas o excesivas. Por lo que parece este tipo de preocupaciones, justificadas o no pero mantenidas en el tiempo, se hayan muy ligadas a un trastorno psicológico por desgracia muy conocido y extendido, la ansiedad. Y bueno, si entramos por la puerta de esta patología, pueden intuir, tendremos muchas papeletas para quedarnos bloqueados, sin respuesta ni capacidad para avanzar, justo lo contrario de lo que nos conviene en estos tiempos de incertidumbre.
Así las cosas, admitiendo las dificultades que conlleva mitigar esa tendencia de nuestra naturaleza que nos tiene a menudo proyectándonos hacia el futuro con una visión nada optimista, convendría calibrar en qué punto nos encontramos, para convencernos de que tan importante como estar ocupados en el presente es guardar momentos para despreocuparnos y desconectar, entendiendo que tal vez así podamos encarar el futuro de manera propositiva, sin verlo todo mayoritariamente negro.